6/12/15

Poltergeist en Puerta de Alcalá

Marisa Conde Hernandez (Agosto 2007)



Los fenómenos paranormales no son hechos aislados ni exclusivos de lugares antiguos o relacionados con circunstancias luctuosas. Estos fenómenos pueden darse en cualquier lugar, en cualquier casa e incluso a personas normales y corrientes que nunca han estado relacionadas con temas paranormales o que nunca hayan creído en este tipo de sucesos. Existen infinitos testimonios de experiencias con poltergeists o fantasmas. Les puede estar sucediendo en este mismo instante a personas cercanas a nosotros.

Este es el caso de Luisa C. J. nacida en Sevilla capital pero afincada en Alcalá de Guadaíra desde hace 9 años. En el 2000 se fue a vivir a un piso en la urbanización Puerta de Alcalá situado en un edificio de nueva construcción en cuyo solar no había existido anteriormente ninguna otra edificación. Al poco tiempo comienza a experimentar fenómenos extraños como explosiones de bombillas, encendidos y apagados de la televisión, cambio espontáneo de canales, alteración continua de la hora en el reloj despertador, estela de luces que se cruzan a su paso… Incluso en una ocasión en la que se encontraba ausente con su familia, los vecinos del piso de abajo subieron varias veces pues escuchaban arrastrar muebles continuamente auque la casa se encontraba vacía. 
Pero un día comienza a presenciar un fenómeno que marcaría su estancia en aquel piso:

- Era de noche, yo estaba sola en el salón descansando en el sillón mientras mis hijos dormían. De repente sentí un profundo frío, como si hubiera abierto la puerta del frigorífico, entonces pude ver en el pasillo con nitidez absoluta a un niño pequeño salir de mi habitación y entrar en la habitación de mi hijo. 

-¿Qué hiciste en ese momento?
- Me levanté y me dirigí a su habitación para ver si se encontraba allí.

- ¿Y no podía haber sido tu hijo?
- No porque desde la perspectiva del sillón donde yo estaba sentada podía ver con claridad si mi hijo se había levantado antes

- ¿Cuando fuiste a su habitación vistes al niño?
- No, allí solo estaba mi hijo dormido

- ¿Qué pensaste en ese momento?
- Pensé – Otro más-. No es la primera vez que he visto fantasmas en mi vida.

- ¿Y que aspecto tenía ese “pequeño fantasma”?
- Tendría unos 7 u 8 años de edad, moreno y de cuerpo menudo. Vestía jersey y pantalón corto

- ¿Sentiste miedo?
- Para nada a mi estas cosas no me asustan nada.

- ¿Volviste a ver al niño?
- Si muchas otras veces, siempre de noche y realizando el mismo recorrido desde mi habitación a la de mi hijo.

- ¿Comentaste tu experiencia con tu familia?
- No porque había comentado con ellos, en alguna otra ocasión, fenómenos extraños que me habían pasado y los tendría que haber sugestionados pues al final ellos terminaban viendo las mismas cosas que yo y me las contaban exactamente igual. Esta vez preferí callarme y esperar a que se percataran de esta presencia

- ¿Y lo vieron?
- Al poco tiempo mi hijo me comentó que había visto a un niño pequeño viendo la televisión en el salón sentado en el brazo del sillón.

- ¿Qué le dijiste?
- Primero bromeé con él y le dije que si lo conocía que me lo presentara, pero insistió que no podía porque era un fantasma. Cuando me lo describió pude darme cuenta que se trataba del mismo niño y le confesé que yo también lo veía, entonces le pedí que no le comentara nada a su hermana que sería nuestro secreto 

- ¿Cómo podía saber tu hijo que se trataba de un fantasma y no de un niño de verdad?
- Verás, siempre hay algo que revela que no es una persona real, es como si no tuvieran relieve, corpulencia… y siempre se siente un intenso frío.

- ¿Y tu hija también lo llegó a ver?
- Si también en el brazo del sillón

- ¿Cómo se comporta cuando te encuentras con él?
- Nos cruzamos la vista, pero nunca me ha hablado. En ocasiones incluso le preguntaba en voz alta “¿que haces aquí?” pero siempre bromeando entonces desaparecía rápidamente como si no le gustara que le riñeran.

- ¿Alguien más ha sido testigo de esta aparición?
- Mi vecina también lo llegó a ver. Ella es una persona muy sensible que ha tenido experiencias sobrenaturales muy fuertes. Siempre me solía decir que presentía mucha negatividad en mi casa y nunca se atrevía a hacerme ninguna visita pero un día insistí en que viniera. Al entrar en mi piso comenzó a sudar y a sentirse mal, la conduje por el pasillo hasta mi habitación y ambas sentimos como si nos rozaran. Vio al niño en lo que ella percibió como una puerta abierta a otra dimensión. Cuando llegó a mi habitación empezó a ver otros fantasmas que por la descripción que daba de ellos se trataban de familiares míos que ya han muerto como mis padres y mi abuela.

- ¿Has tenido alguna otra experiencia sobrenatural en este piso?
- Pues si, pero no de forma directa. Un día la hermana de mi vecina que era la mejor amiga de mi hija chateaban con ésta por la webcam. Mi hija salió de la habitación y me preguntó si yo era devota de Fray Leopoldo de Alpandeire. Le pregunté que quien era y ella me contestó que la vecina lo acababa de ver en un cuadro en la pared. Coincidió con que por aquellos días yo estaba recogiendo todas las pertenencias de mi casa porque iba a mudarme y ya no tenía colgado ningún cuadro en las paredes. Sin embargo, esta mujer no solo vio esa imagen sino que la pudo recoger a través de la cámara web.

-¿Llegaste a ver las imágenes que recogió la cámara de ese instante?
-Si, se podía ver directamente en la pared una imagen muy antigua de color sepia donde se apreciaba la figura de un capuchino. Lo curioso fue que cuando me dieron las llaves de mi nuevo piso venían en un llavero con la imagen de Fray Leopoldo.

- Que casualidad, ¿se volvió a manifestar el fraile?
- No, pero aquella misma noche al pasar por la habitación donde se encontraba el ordenador me pareció ver algo raro en la ventana. Encendí la luz y todos fuimos testigos de la cara de un niño en los cristales. Mis hijos gritaron y se asustaron mucho, al final terminamos durmiendo todos juntos en el salón aquella noche.

- Ahora que ya no vives en aquel piso, ¿has vuelto a ver al pequeño fantasma?
- No, la verdad es que incluso encontrándome todavía en el otro dejé de verlo unos días antes de mudarme.

- ¿Has vuelto a tener alguna otra experiencia de este tipo en tu nueva vivienda?
- He sentido que me daban “besitos” y hasta me han llegado a empujar estando sentada en el sillón. Además no he dejado de sentir presencias e incluso me han vuelto a estallar bombillas.

- ¿Qué son para ti los fantasmas?
- No son fantasmas, son espíritus que no han pasado a donde tienen que ir y están en tránsito. Por algún motivo les falta algo para poder llegar a su destino

- ¿Por qué crees que se te aparecen a ti y no a otras personas?
- Porque creo en ellos. De alguna manera pienso que quieren ayudarme y a la vez creo que ellos necesitan mi ayuda.

- ¿Entonces piensas que las personas que no creen en espíritus no se les pueden aparecer?
- Si se les puede aparecer, pero creo que estas personas les dan otra explicación, más científica, más racional.

- ¿Qué les dirías a las personas que no creen en este tipo de fenómeno?
- Es muy difícil pedirle a alguien que crea en algo. Yo me limito a contar mis experiencias y dejo que cada cuál me crea o no.

- ¿Crees que alguien puede pensar que lo estás imaginando todo?
- Yo respeto la opinión de los demás y espero que respeten la mía también.