Marisa Conde Hernandez (28/08/2006)
Maestros de lugares remotos ...
Sistema sirio según la tribu dogon |
En Mali, existe una tribu que posee, desde hace 5.000, años un conocimiento astronómico que la ciencia sólo ha podido verificar recientemente. Se trata de los Dogon. Es imposible que una tribu perdida en una de las zonas más pobres de África pueda tener unos conocimientos tan exactos de Sirio y del Sistema Solar. Para ellos, la estrella más importante del sistema Sirio es Sirio B (a pesar de la luminosidad de Sirio A que es veintiséis veces más brillantes que el sol) a la que llaman Potolo. Sabían que era invisible, de tamaño minúsculo y extraordinariamente pesada. En 1915 se descubrió que Sirio B es un tipo de estrella denominada ”enana blanca” y que está compuesta de una materia superdensa. También conocían que su periodo orbital era de 50 años y que Sirio A no esta en el centro de su órbita. Los dogon también hablan de una Sirio C, a la que llaman Emme ya que es cuatro veces más ligera de Potolo y dicen poseer una trayectoria más larga y que los radios de ambas se encuentran en ángulo recto. Emme ya, a su vez posee un satélite llamado Cabrero. La astronomía no ha podido verificar hoy en día la existencia de Sirio C, aunque hay evidencias de ella. Los dogon, además, poseen cuatro calendarios: solar, venusiano, de Sirio y lunar.
¿Y cuál es el motivo por el cual esta tribu posee este conocimiento? Pues según sus relatos, hace cuatro mil años, unos seres con aspecto de anfibio descendieron en un objeto volador al que denominan ”arca” similar a una llama que se apagó al tocar tierra. Decían proceder de Sirio y les instruyeron en varias disciplinas.
Pero la ciencia considera que es totalmente imposible que un cuerpo sólido como una astronave pueda aproximarse siquiera a la velocidad de la luz, ¿cómo, entonces, pudo recorrer la distancia de 8,7 años-luz que separa Sirio de la Tierra? ¿Estaríamos hablando de una tecnología fantástica? ¿Acaso conocían formas de viajar en el universo que acortaban distancias? ¿podrían utilizar atajos para viajar a través del espacio y el tiempo usando los ”agujeros de gusano”?
Agujero de gusano |
Un agujero de gusano o puente de Einstein-Rosen es un ”atajo” entre dos puntos del universo que permite ir más rápido de lo que iría la luz cuando viaja por el espacio normal. Está formado por dos extremos conectados entre sí por un pasillo por donde se supone podría viajar una nave. Actualmente no se ha desarrollado la tecnología suficiente para crear dichos agujeros ya que éstos requerirían una cantidad de energía enorme y la existencia de una sustancia denominada antimateria o materia negativa de las que no se sabe si existe en formas útiles para generar un agujero de gusano. Pero, aunque la ciencia actual no haya podido salvar todas estas dificultades... ¿se podría decir lo mismo de otras civilizaciones más avanzadas surgidas en planetas remotos? ¿sería ésta la respuesta para justificar las distancias insalvables que tendría que recorrer posibles alienígenas para llegar a la Tierra?
Hay otras teorías que apuntan a la posibilidad de que los extraterrestres no tuvieran que recorrer esas enormes distancias, ya sea porque estemos hablando de un planeta cuya órbita alrededor del sol sea tan larga que tan solo lo veamos cada miles de años o quizás porque pueda que algún planeta muy cercano quede siempre oculto por el sol de manera que los seres humanos nunca podamos verlo.
... o visitantes no tan lejanos
Textos sumerios |
En los textos sumerios de hace cuatro mil años, se describe una colisión que tuvo lugar en el sistema solar en una época remota debido a la aparición de un planeta al que llamaron Nibiru y los babilonios Marduk. Según estos relatos cuando el planeta intruso pasó cerca de Neptuno y Urano se produjeron erupciones que dieron lugar a la formación de lunas y a la modificación de las órbitas. Al pasar junto a Saturno y Neptuno se quebró y se formaron las siete lunas de Marduk. Arrastrado por las fuerzas gravitacionales hacia el interior del sistema estas lunas colisionaron con un planeta llamado Tiamat rompiéndolo en dos mitades. Una de estas mitades fue de nuevo golpeada y junto con el satélite de Tiamat fue introducida en una nueva órbita dando lugar a la Tierra y su Luna. Es por eso por lo que todos los continentes se formaron sobre un solo lado del planeta mientras que en el otro se formó el océano Pacífico; la Tierra nació como medio planeta.
Según los sumerios, interpretados por Zecharia Sitchin, unos ”astronautas” llamados Anunaki (o Nefilim en la Biblia) llegaron desde Nibiru y realizaron manipulaciones genéticas con los homínidos terrestres para lograr ”trabajadores primitivos” dando lugar a los seres humanos actuales.
En el sello de un cilindro sumerio de hace cuatro mil quinientos años de antigüedad denominado VA243 que se encuentra en el State Museum de Berlin, se muestra la concesión del arado a la humanidad por el dios Enlil. De fondo se puede observar el sistema solar con todos los planetas en orden y con su tamaño correcto y también aparece un décimo planeta pasando entre Júpiter y Marte (algo que sucede cada 3.600 años).
Algunos astrónomos han creído en la existencia de una anti-tierra como el rumano Gheorghe Dumitrescu que en los años setenta dijo haber descubierto matemáticamente el décimo planeta y que éste quedaba oculto por el sol o Derck de Salla Price que afirmaba en el Scientific American, a principio de los noventa, que podría existir un planeta hermano del nuestro desplazándose en sentido inverso. Esta teoría fue el argumento que usó Edgar Wallace para su libro ”Planetoide 127”.
Si hay algo que tienen en común las tradiciones de los pueblos antiguos es que relatan la existencia de seres humanos poseedores de una tecnología súper avanzada capaces de realizar proezas todavía muy lejos de nuestra evolución científica. Pero si algunas de estas tradiciones nos hablan de que éstos seres llegaron a nuestro mundo de lugares remotos, otras, hacen referencia a una civilización humana y terrestre que evolucionó hace miles de años adquiriendo un alto grado de conocimientos y que fue destruida cuando el planeta se tuvo que enfrentar a grandes cambios climáticos.
Misterios del pasado terrestre
Calendario maya |
El Popol Vuh, texto sagrado de los mayas, relata la existencia de cinco eras cósmicas. Las cuatro primeras denominadas: Agua, Aire, Fuego y Tierra ya han concluido y la última, la del Movimiento, es la actual. Cada una de ellas ha sido testigo de una civilización humana distinta y habría durado 5.125 años para después ser destruida dando lugar a un nuevo ciclo o Sol. La era del Agua acabó con el Diluvio que se recoge en las mitologías de muchas culturas antiguas, la posterior a ésta, la del Fuego, acabó con extrañas lluvias de fuego y en la actual, que está a punto de finalizar (en el 2012 según el Calendario Maya) se producirán violentos terremotos, erupciones volcánicas y terribles huracanes para dar lugar a la era de ”Sexto Sol”, dando comienzo a una nueva serie de 25.625 años.
Esto no sería más que una leyenda si no fuese porque la ciencia moderna ha corroborado que ha habido extinciones en masa con carácter cíclico, como el que tuvo lugar hace 65 millones de años que causó la extinción de los dinosaurios o más recientemente el diluvio que puso fin a la última glaciación hace unos 12 mil años.
Si los mayas tuviesen razón, significaría que desde hace miles de años la Tierra ha conocido civilizaciones humanas de alto grado de desarrollo que fueron destruidas, pero... ¿totalmente?
Siguiendo con las leyendas sudamericanas, cuenta la tradición oral recogida en la época de la Conquista española que en el origen de pueblo inca se encuentran los hermanos Ayar. Al parecer, cuando finalizó el Diluvio, de un cerro cercano a lo que después fue Cuzco, salieron del interior de la tierra, a través de una cueva, cuatro hombres y cuatro mujeres que eran capaces de realizar extraordinarias hazañas. Vestían extrañas ropas, podían volar, transformaban montañas en quebradas lanzando proyectiles y llevaban consigo una caja en donde había un ”pájaro que hablaba”. Ellos organizaron las tribus y les proporcionó el maíz, una planta que fue fundamental para que los indios dejasen de ser un pueblo nómada e iniciar su desarrollo cultural.
De ser cierta esta leyenda significaría que la civilización actual pudiera haber recibido ”ayuda” de los supervivientes de la anterior en los momentos más ”oportunos” para su desarrollo.
Pero quizás la leyenda más clara donde se narra la existencia de otra civilización anterior a la nuestra sea la de la Atlántida.
El mito de esta isla perdida nos llega en los diálogos Critias y Timeo escritos por Platón. En ellos se narra la historia relatada por un sacerdote de Sais al sabio griego Solón en su visita a Egipto. El sacerdote cuenta que los antepasados de los atenienses se tuvieron que enfrentar nueve mil años antes a un imperio situado en el Atlántico, concretamente en una isla situada frente a las Columnas de Hércules (Estrecho de Gibraltar). Poco después de la victoria ateniense, se produjeron violentos terremotos e inundaciones y en un solo día y en una sola noche, la Atlántida desapareció en las profundidades del mar.
De ser cierto lo que se dice en estos diálogos, los egipcios tenían en sus archivos referencias históricas que se remontaban a nueve mil años antes del encuentro de Solón con el sacerdote (en tiempos del faraón Amasis, octavo de la dinastía XXVI). Ellos consideraban a los griegos como una país joven y por lo cual desconocían todos los hechos antiguos. El sacerdote explica que cuando las naciones empiezan a adquirir conocimientos y después de un intervalo de tiempo, sucede una catástrofe obligándolas en empezar de nuevo como niños partiendo del desconocimiento absoluto de su pasado. Algo así como si el surgimiento y destrucción de las civilizaciones fuese algo inevitablemente cíclico.
Si bien hasta hoy en día existen sobradas pruebas de la existencia de un diluvio de grandes magnitudes tras la época de las glaciaciones, no se han encontrado vestigios definitivos sobre un hundimiento de una gran isla en aguas del Atlántico. Cierto es que en 1968 fueron hallados en aguas de Bimini, por el zoólogo Manson Valentine, unas formaciones de piedra que parecían muros construidos artificialmente. Posteriormente, en una expedición llevada a cabo por el ingeniero Dimitri Rebikoff en la que se utilizó un sofisticado sistema cartográfico se descubrió que existían grandes bloques de 5 por 5 metros de tamaño que sobresalían 50 centímetros del suelo arenoso. En los años setenta se hallaron en ese mismo lugar formas geométricas, polígonos regulares y trazos rectos a lo largo de varios kilómetros. Más recientemente el arqueólogo y antropólogo William Donato consideró que dichos muros no fueron construidos bajo el agua y sugiere la hipótesis de que una importante civilización existió en el océano Atlántico durante el Pleistoceno.
En realidad, sobre la Atlántida se ha especulado mucho. Hay quienes opinan que el relato fue tan sólo una leyenda empleada por Platón para argumentar su filosofía y por lo cual no existió nada real en él. Otros consideran que en dicha isla se desarrolló una cultura más avanzada incluso que la actual capaz de llevar a cabo proezas inigualables como la construcción de las famosas pirámides de Gizeh en Egipto, consideradas como un monumento al conocimiento y al desarrollo tecnológico sin precedentes. Si éstas fueron obra de una civilización anterior como la Atlántida... ¿por qué no atribuirles también la capacidad de fabricar los objetos voladores que se han visto en los cielos desde el comienzo de la historia humana? Claro que esta hipótesis encierra, a su vez, nuevos interrogantes, como... ¿dónde residen aquellos supervivientes?, ¿por qué no sabemos nada de ellos?, ¿podrían estar escondidos?
Otra conocida teoría sobre la procedencia de los ovnis es aquella que le atribuye un origen intraterreste...
Mundos ocultos bajo tierra
La sociedad secreta de los Rosacruces fundada, al parecer, por el místico alemán Christian Rosenkreuz en el siglo XVII posee unos conocimientos que proceden, según ellos, de un lugar bajo tierra sobre el cual hacen voto de secreto. ¿Puede existir una civilización avanzada y sabia en algún lugar del subsuelo?
El escritor inglés Edward Bulwer Lytton, conocido por su obra ”Los últimos días de Pompeya” escribió hacia 1871 un libro titulado ”La raza que vendrá” donde narra un viaje realizado, a principios del siglo XIX, a un mundo bajo tierra, al que accedió a través de una galería situada en una mina abandonada. En ese mundo subterráneo se encontró con hombres poseedores de una mente superdesarrollada, cuyos antepasados procedían de la superficie, pero se habían visto obligados a refugiarse bajo tierra para sobrevivir a los grandes diluvios y cataclismos que se habían producido. Ese pueblo descendía de la gran familia aria y poseía además una energía extremadamente poderosa llamada poder Vril.
Adolf Hitler |
La sociedad secreta llamada ”Logia luminosa” o ”Sociedad Vril” vinculada a los teósofos y rosacruces creada en Berlín en 1925, al parecer, creía en la verdad de esta historia. Dicha sociedad pensaba que los creadores del universo vivían en el centro de la Tierra y los hombres de la superficie debían aliarse con ellos, ya que si no lo hacían, serían esclavizados y tendrían que construir nuevas ciudades para la raza que ha de venir.
Karl Haushofer, miembro de los rosacruces entregó dicho libro a Adolf Hitler y le contó que en él existían secretos de los rosacruces disfrazados de ciencia ficción. Hitler también consideró real su contenido y fundamentó en él parte de su filosofía. Haushofer había viajado por Asia central donde se informó de las leyendas sobre la existencia de mundos subterráneos bajo la cordillera del Himalaya. Para él Agartha (lugar donde según las tradiciones budistas, hindúes y occidentales habita el Rey del Mundo) con capital en Shamballah se encontraba en el centro de la Tierra donde se habría originado la super-raza subterránea que dominaría el mundo. Hitler envió expediciones por Europa y Asia para encontrar el camino hacia el centro del mundo. Los nazis inspeccionaban minas abandonadas y grutas. ¿Encontraron aquella galería narrada por Lytton? ¿entraron en contacto con aquella famosa civilización intraterrestre?, ¿les proporcionaron ellos las armas y las naves de alto grado tecnológico, que al parecer, poseían los nazis?, y si fue así... ¿por qué perdieron la guerra?
Todavía cabría plantearnos nuevos interrogantes como... si en el pasado hubiera existido una civilización tan avanzada... ¿podría haber conseguido la tecnología suficiente para realizar viajes en el tiempo?
Turistas del pasado y del futuro
Anteriormente he hablado de la posibilidad de salvar grandes distancias en el espacio mediante agujeros de gusano, pues bien, se ha especulado con la posibilidad de crear una máquina del tiempo utilizando dichos agujeros. Para ello, habría que acelerar un extremo del túnel a una velocidad cercana a la luz mediante una nave con lo que se produciría una dilatación en el tiempo entre las dos aperturas del agujero, de esta forma un objeto que entrara en él saldría en el pasado. Sin embargo, las limitaciones estarían en que sólo se podría retroceder hasta el momento en que dicha máquina del tiempo fue construida. Y como hoy en día esto no es posible, no pueden existir naves procedentes del futuro... claro que...¿podría una civilización antigua haber llegado a semejante grado de desarrollo tecnológico en el pasado y haber construido dichas máquinas? ¿estarían estos visitantes del pasado manipulando la Historia para favorecer su futuro? ¿es nuestro mundo un universo paralelo creado por la manipulación del pasado?
Stephen Hawking sostiene que el hecho de no existir turistas del futuro es una justificación de la imposibilidad de los viajes en el tiempo... ¿podrían ser los ovnis las naves de estos turistas?
Muchos son los interrogantes que nos plantea la historia. Con la perspectiva del tiempo nos damos cuenta de que existen muchas verdades que han sido deliberadamente ocultadas a la opinión pública. Y a pesar de que una buena parte de la sociedad vive de espaldas a los grandes misterios ésta se ha convertido en un blanco fácilmente impresionable y manipulable debido a la importante crisis espiritual en la que se encuentra sumergida. El mundo cambia, la tecnología avanza y el pensamiento humano se transforma adaptándose a los tiempos. Se buscan las respuestas a muchas preguntas que las grandes religiones ya no pueden dar de forma convincente. Necesitamos creer desesperadamente y que la verdad se revele ante nuestros ojos.
¿Nos lo habremos imaginado?
Mandala |
El primero en abordar el tema ovni como una cuestión sociológica fue Carl Jung que en su libro ”Un mito moderno” de 1958 justifica el fenómeno como una manifestación del subconsciente colectivo (fondo común para todos los seres humanos formado por recuerdos, ideas, pensamientos desde tiempos ancestrales). Las experiencias primarias están representadas en este subconsciente mediante símbolos y arquetipos. Uno de estos arquetipos es el mandala, palabra de origen sánscrito que significa círculo .Según Jung, el mandala se presenta ante situaciones de confusión y de carácter enigmático y el ser humano los proyecta por todas partes; en los sueños, en el arte, en los avistamientos ovnis... como una forma de manifestar el deseo de la sociedad de reconstruir el equilibrio perdido tras el avance de la ciencia y el materialismo sobre a la esfera de lo humano como los instintos, las emociones, los sentimientos, la espiritualidad etc..
La creencia de que el fenómeno ovni pueda ser inducido es una idea común a muchos investigadores aunque siempre en la certeza de que debe existir un complot para controlar a la humanidad hacia un fin desconocido...
Jung |
Siguiendo la estela de Jung, Jacques Vallée, prestigioso ufólogo, autor de numerosos libros sobre el tema como ”Pasaporte a Magonia” o ”Crónicas de otros mundos”, considera que detrás de los ovnis se encuentra una inteligencia superior de origen incierto ya que podría ser humano, natural o extraterrestre, que él denomina ”Sistema de control” cuya función es supervisar el desarrollo de la conciencia humana a través de las apariciones que se han sucedido a lo largo de la historia. Estas apariciones se adaptan a los tiempos y a las costumbres folklóricas de los pueblos manifestándose como personajes de cuentos de hadas, apariciones marianas, etc... en la actualidad el fenómeno se correspondería con la difusión de la creencia de seres extraterrestres. Dicho control se realizaría mediante pulsos de microondas sobre el cerebro creando alucinaciones en los testigos del fenómeno. Su finalidad podría ser preparar a la Humanidad para acontecimientos futuros.
En la misma línea que Vallée, John Keel describe en su obra ”The eight tower” la existencia de un artefacto misterioso colocado por una civilización milenaria capaz de crear ovnis o apariciones de monstruos y cuya función sería también vigilar e influir en el progreso de la humanidad desde los comienzos de ésta.
Recientemente, una treintena de ufólogos españoles se reunieron en Valencia para acordar que sus investigaciones futuras se realizaran siguiendo la línea del Manifiesto del Proyecto Delfos que considera que el fenómeno ovni no debe ser asociado con el problema de la vida extraterrestre y que es solo una de las múltiples facetas de una plano de existencia distinto al nuestro. Piensan que el fenómeno ha interferido en la normal evolución del hombre y que su acción está orientada hacia un nuevo orden mundial. El Proyecto Delfos nace para contrarrestar su finalidad.
Si hay algo que llama poderosamente la atención en el fenómeno ovni son los fenómenos extraordinarios ligados a él, como súbitas apariciones y desmaterializaciones, objetos surgidos de la nada que desaparecen igualmente sin dejar rastro... situaciones que han planteado serias dudas sobre su salud mental de los testigos. Quizás por ello, el tema de la manipulación mental ha sido tratado muy seriamente por los ufólogos, sin embargo, pudiera haber otra explicación, no carente de dificultad en su análisis para justificar estos fenómenos tan extraños.
Algunos ufólogos como John P. Bessor y Robert N. Webster consideran que los ovnis pueden estar compuestos de ectoplasma (emanación material de un médium, con la que se dice que se forman apariencias de fragmentos orgánicos, seres vivos o cosas), es decir, que se materializan mediante la voluntad de una mente capaz. Según la tradición, los chamanes también poseen esta capacidad. Carlos Castaneda afirmaba, tras su experiencia con los naguales, que éstos podían hacer aparecer y desaparecer a una persona manipulando lo que ellos llaman ”punto de anclaje”. La pregunta sería... ¿existen personas con capacidad para materializar objetos no identificados? ¿para qué fin?
Conclusión
No sabemos dónde está la respuesta al fenómeno ovni. Puede que alguna de las hipótesis esbozadas en este artículo se aproxime a la verdad, o varias... o ninguna, ¿quién sabe? Pero lo realmente importante no es encontrar la respuesta sino sentir la inquietud de plantearse las preguntas sobre este tema tan importante para la Humanidad. El fenómeno ovni ha sido manipulado, falseado y manoseado hasta llevarlo al desván de los trastos olvidados y la falta de interés de la sociedad lo ha terminado por sepultar en los últimos tiempos, pero nadie puede negar que merece la pena reivindicarlo como uno de los grandes enigmas de todos los tiempos. Intentar profundizar en este enigma es una forma de tener conciencia de cuántos interrogantes existen en nuestro mundo y cuyas respuestas jamás encontraremos, pero, tan sólo por dejarnos llevar por el vértigo de este misterio merece la pena mirar de vez en cuando al cielo.