6/12/15

Fotos en el Barranco de Badajoz - Zona de Güimar - Tenerife

Rafael Cabello Herrero (Julio 2007)


Petición particular que me hizo Juanca Romero para ANGULO 13.

La primera anotación que quiero hacer antes de comenzar mis explicaciones es la siguiente: 

Estas fotos del Barranco de Badajoz, han sido editadas en varias páginas web y revistas especializadas, ejemplo:(MÁS ALLÁ, nº 184/4/2004, de la página 18 a la 26) siendo el autor del artículo Paco Padrón y las imágenes que lo acompaña realizadas por el fotógrafo Teyo Bermejo. Aunque desgraciadamente no podemos tener entre nosotros a Paco para que ratifique la entrega personal del material aquí expuesto en ningún momento pretendo sacar beneficio económico de esta investigación, simplemente doy una opinión personal sobre este material fotográfico, recibido en su momento para estudiarlo.

Hace ya algunos años por la amistad y correspondencia que llegamos a mantener, Paco Padrón y yo, me envió a mi correo electrónico una serie de fotos para que le diera mi opinión personal, entre ellas había varias realizadas por su amigo y fotógrafo Teyo Bermejo durante el transcurso de las investigaciones realizadas en varios puntos de las islas entre las que se encontraban algunas del barranco de Badajoz de la zona geográfica y local de la villa de Güimar. 

Entre los años 1991 al 2004, la prolífera actuación fotográfica de Teyo en “zonas ufológicas calientes”, dio como resultado fotos polémicas, inquietantes y curiosas, estas se relacionaban con entes o seres luminosos, líneas energéticas, bolas luminosas casi transparentes en el entorno del barranco e incluso momentos relacionados con visiones de extraterrestres y objetos voladores no identificados, estas eran la forma de definir en general las fotos recibidas. 

En cada una de ellas aparecían extraños objetos, iluminaciones inexplicables, luces que como ráfagas fantasmales atravesaban de un lado a otro el formato de la propia foto sin establecer ningún orden ni concierto, más bien, formas arbitrarias y movimientos casuales. 

Desgraciadamente por problemas y avería en el antiguo ordenador que tenía, perdí parte de ese valioso archivo fotográfico, sus correspondientes análisis, los resultados y mi opinión personal dada a Paco, sobre lo que pudiera ser o no ser cada uno de esos extraños acontecimientos que habían quedado plasmados en los químicos de cada instantánea obtenida posiblemente en el barranco de Badajoz. 

Una de las peticiones que le hice a Paco Padrón fue que consiguiera los negativos de esas fotos para poder revisarlos y encontrar en ellas una información muy valiosa para comenzar la investigación partiendo de elementos más difíciles de “manipular”, pero, una serie de circunstancias desconocidas impidieron hacerme de ese material. 

Dentro de esa serie de fotos aparecía una en la que varios señores estaban alrededor de brasas encendidas, se podían apreciar varios puntos llameantes y una serie de líneas anaranjadas que recorrían parte del fondo y atravesaban como una espada flamígera la instantánea. 

El resto de las fotos eran tan solo líneas, franjas y manchas con una amplia gama de tonos de colores, estas interrumpidas de forma zigzagueantes sobre fondos oscuros. Daban la sensación de inestabilidad, nerviosismo o incluso mal pulso por parte del fotógrafo que había realizado ese reportaje. 

Con los datos que identificaba Padrón el material recibido pretendí ser lo más fiel al producto que tenia entre manos, olvidarme de las connotaciones tanto a nivel ufológico como paranormales que pudieran tener dichas impresiones fotográficas y simplemente intentar ser racional a la hora de valorar cada una de ellas. 

Una difícil labor se me planteaba a partir de el “SI… quiero…, dado a Paco Padrón”, pero mucho más interesante era para mí poder conseguir partiendo tan solo de unas pocas fotos dar una razonable y objetiva valoración racional de lo que allí podía verse físicamente, sin entrar en lo que se había pretendido y dicho hasta ese momento en todas las revistas y medios alineados con la parapsicología y ufología. 

Casi toda mi investigación la volqué sobre la foto más vistosa de todas ellas, la que se pretendía fuera el buque insignia de las investigaciones realizadas en el barranco “esta foto aparecía como encabezado del artículo en la revista Más Allá nº 184”, no obstante, del resto de fotos revisadas la valoración de cada una de ellas, aunque aquí en esta investigación no aparecen los resultados puedo decir que se engloban por las características similares sobre la foto pretendida y aparecida en este pequeño artículo. 

No pretendo que este sea aburrido, metódico y mucho menos, repleto de palabrería científica que lo único que conlleva es el perderse en extrañas e incomprensibles palabras, simplemente, pretendo hacerles llegar la forma más fácil de explicar los resultados obtenidos. 

LA FOTO

La instantánea que aquí se reproduce, técnicamente se puede explicar como una foto nocturna, expuesta con una apertura de diafragma fijo y acondicionando automáticamente la prioridad al tiempo de exposición atendiendo a la fuente de luz del sitio donde se hizo la instantánea, la cámara fotográfica de tipo reflex, analógica, con objetivo corto que no sobrepasa los 60m/m., (la marca tanto de la cámara como del objetivo es lo menos importante ya que cualquier cámara moderna tiene estas funciones y elementos automáticos de ajustes), se puede llevar acondicionado el modo de función indistintamente tanto en prioridad de tiempo de exposición o con la prioridad de apertura de diafragma. 

La diferencia de cada uno de estos modos de prioridades consiste en lo siguiente: 

Modo apertura automática: atendiendo al sensor TTL o en modo manual mide la recepción de luz ponderada, este prevee la apertura del diafragma del objetivo colocado en ese momento en la cámara de fotos haciendo que se abra o cierre hasta compensar la cantidad de luz que le tiene que llegar al tipo de película que en ese momento está montada. Ese tipo de película se identifica según la sensibilidad (ISO o ASA) reconocida y estandarizada mundialmente en todos los formatos tanto en las películas de cliché negativo o día positivas. (conforme más alto sea el valor determinado en ASA de la película utilizada (68,100,400,1600…), más sensibilidad tiene esta y más rápida es la impresión que se produce en el cliché), por lo que a mayor número ASA menos tiempo de exposición se necesita en condiciones normales de uso o más efectiva a la hora de utilizarla en exposiciones nocturnas, aunque la calidad de este tipo de película varía no es relevante para este caso. 

Modo de tiempo de exposición: Así como en el caso anterior podíamos manipular la cantidad de luz, en este caso lo que se pretende es hacer pasar durante un tiempo estimado por la foto célula de la cámara la luz suficiente para impresionar adecuadamente y como en el caso anterior el cliché fotográfico. 

Ni que decir tiene que con estas dos prestaciones podemos hacer miles de combinaciones tanto utilizando los sistemas de menús automáticos de la propia cámara, como forzarlos manualmente ajustando los dos parámetros mencionados con las combinaciones apropiadas al motivo que queramos fotografiar. 

Una vez aclarado este proceso algo complicado pero fácil cuando se le comprende comienzo a determinar las constantes que se pueden apreciar en esta fotografía. 

Recuerdo que la foto mencionada anteriormente de las personas que alrededor de la fogata posaban tenía unas ráfagas casi idénticas a la que estamos investigando en este caso (esa foto fue una de las muchas que me desaparecieron y pretendo paliar esa pérdida con otra parecida de distinto autor toma y sitio para que veáis la similitud de los trazos). 

Esta instantánea no está presentada en su formato original y se ha recortado para limitar el elemento principal como base y centro de atracción visual, la denominan en algunas revistas como el ángel y en otras como el ser alado. La forma en la que fue obtenida por Teyo siguiendo un extraño ruido oído a modo de aleteo de ave, es una de las pistas a tener en cuenta a la hora de valorarla ya que me lleva a la conclusión que la oscuridad reinante le hizo hacer la foto a ciegas y siguiendo un rastro perceptivo, hasta aquí una reacción muy plausible, pero en lo que no cayó el fotógrafo es en verificar el modo en el que se encontraba la cámara fotográfica en ese momento, “por mis propias experiencias adivino que la posición de su ajuste permanecía en modo automático, con la apertura de diafragma “f” ya prefijado, aproximadamente sobre 4’6f, este parámetro acondicionado al tipo de sensibilidad “400 ASA” de la película utilizada me lleva a la conclusión que la cámara automáticamente se reajusta en modo tiempo de exposición que es la prioridad acondicionada por tener la apertura fijada o enclavada manualmente”, el que el flash se disparase dentro del tiempo de exposición la milésima de segundo que dura el destello solo percibió la luz una pequeña parte de la foto y el diafragma se mantuvo abierto hasta completar el tiempo estimado por el modo auto de la cámara dejando sin la poderosa luz de flash 3,9999 segundos. El tiempo de exposición llegó a alcanzar hasta los 4 segundos por lo que durante ese tiempo de apertura incontrolado pasó por delante de una o varias fuentes de luz continua lo suficientemente estable como para ser percibidas en los químicos del cliché y el movimiento tanto de Teyo como el de su mano donde sujetaba la cámara hicieron movimientos naturales en la tensión del momento vivido pocos segundos antes. 

La valoración que se establece sobre los colores que se aprecian en las ráfagas, aparecen una serie de parámetros medibles tanto espectrográficamente como atendiendo las tablas o cartas de temperaturas de color denominadas y establecidas en grados kelvins “ºK”.

Las líneas más estrechas que se aprecian en la instantánea se identifican con una fuente de luz dirigida con poco margen de dispersión y con un centro incandescente en forma de “C” que se desplaza a todo lo largo de dichas líneas esta forma que se puede apreciar es la de un filamento de lámpara incandescente alimentada por corriente continua. Este tipo de filamentos realizados sobre un hilo revestido de tungsteno tienen la característica que es un metal muy duro y su punto de fusión el más elevado de todos los elementos le hace excepcional para usarlo en las bombillas y lámparas incandescentes. 

La temperatura de color que se puede apreciar según el estudio realizado sobre esta estela se identifica entre los 2.000 y 2.200 ºK por lo que se puede determinar que la potencia de ese elemento luminoso no sobrepasa los 30 watios, mi experiencia me lleva a sospechar que esas estelas definidas son productos de linternas o focos alimentados por baterías y que portan encendidos algunos de los presentes en el transcurso del tiempo de exposición realizado en esa instantánea. 

Si desmenuzamos nuevamente dicha foto y nos acercamos a las bandas luminosas más anchas podemos apreciar que en determinados momentos de la impresión secuencial hay focos concentrados de temperatura que dan la sensación de reducir y aumentar la intensidad del nivel térmico haciendo que esos focos denoten por una parte fracciones de tiempo mayores a la hora de impresionarse sobre el negativo o cliché por lo que los niveles graduales kelvins se identifican dentro de la tabla en unos 1.800 ºK, este nivel de intensidad está valorado en la tabla de temperaturas como focos de luz incandescentes pero por combustión al aire libre sin estar encerrados en una capsula de vacío. Esa valoración determina que ese foco de luz no es constante, aumentando y disminuyendo paulatinamente en el momento de haber sido captado en la fotográfica, se puede determinar como si fuera un parpadeo involuntario y fuera de secuencia estabilizada, no tiene un tiempo continuo y tanto se debilita como aumenta el foco tanto luminoso como térmico. 

Me he permitido el cambiar los colores naturales por otros espectrográficamente simulados para dar una visión más espectacular y comprensible a mis explicaciones. Las zonas azules identifican un punto térmico de mayor concentración de energía mientras los verdes y rojos determinan los pasos de diferencia térmica dentro de los propios niveles escalonados de la temperatura de color, este paso me hace deducir nuevamente que este foco de luz que parecen entrelazados y produciendo formas que se pueden confundir o dar la sensación de extraños rostros, plumas flameantes, y torsos que parecen estar llenos de fuerza y movimiento se identifica “según mi criterio personal” como elementos térmicos concentrados en maderas en combustión que tintinean al compás de las posibles ráfagas de viento de la zona por muy efímeras que sean en ese momento. 

En la siguiente modificación de color de la foto “original” intento hacer la simulación de lo que sería el negativo de esa foto en el propio cliché sin haber sido positivado sobre papel, esta imagen negativa al no ser realmente la autentica, “original…”, pocos elementos a estudiar se pueden extraer de el pero la expongo para que se pueda ver que en las zonas oscuras, negras en la foto (blancas o transparentes, en el negativo), no existen elementos escondidos o con poca intensidad como para extraer elementos de la zona en la oscuridad más absoluta. 

Otro elemento que no debo de pasar por alto y digno de tener en cuenta a la hora de valorar la foto, Teyo asegura que utilizó el flash acoplado a su cámara. Curiosamente esa fracción en la que el flash debe de hacer acto de presencia en el espacio de tiempo que es efectivo sobre los químicos, al ser una imagen movida y recortada, no aparece ningún elemento que identifique ese tiempo de máxima luz que tenía que haber quedado reflejada dentro de ese negativo, también me lleva a sospechar que esa imagen está manipulada eliminando elementos que pueden aportar datos de vital importancia a la hora de valorar la instantánea ya que en ningún sitio de la propia foto aparece algo iluminado por una temperatura de color de entre unos 3.500º y 3.800 ºK. 

El resumen que propongo bajo mi propio criterio es que en un momento determinado el fotógrafo Teyo Bermejo realiza una foto instantánea en condiciones de luz fuera de lo corriente, tanto la oscuridad, como la capacidad de reacción ante un ruido extraño y la necesidad de conseguir por encima de todo una foto que retenga el momento vivido, hace que Teyo no acondicione correctamente los parámetros o ajustes necesarios y propicios para conseguir lo que se propone, deja fuera de juego tanto la velocidad de obturación como el impacto de la milésima que establece el fogonazo del flash, esta fuente por las condiciones de luz citadas en el párrafo anterior, insisto que no aparece reflejada. 

Estas explicaciones que expongo en este artículo, solo están sujeta a mi propia experiencia dentro del campo de la fotografía, tan solo a nivel amateur pero con 40 años de experiencia arropado en mi familia por conocidos profesionales de la foto de mi ciudad Sevilla, no quiero utilizar palabras raras, idiomas que yo no conozca y mucho menos elementos que no se puedan consultar en cualquier manual o tratado básico de fotografía.

Rafael Cabello Herrero