6/12/15

El enigma de los ataúdes de Barbados

David Marin (16/07/2006)

A principios del siglo XIX, en el cementerio de la parroquia de Christchurch, en Oistin Bay, Bahía de Barbados, un extraño suceso conmovió a los habitantes de la tranquila isla. los acontecimientos en que se centra este misterio es la cripta de la familia Chase, donde pesados ataudes de plomo se movían y cambiaban de posición de una manera inexplicable.

La cronología de los hechos nos traslada hasta el año 1807, cuando la señora Thomasina Goddard fue la primera persona sepultada en la cripta.
Un año después le seguiría la pequeña María Anna Chase que falleció a los dos años de edad.

El 6 de Julio de 1812, Dorcas Chase, la hermana mayor también fue enterrada en el panteón. Esta serie de cortejos fúnebres fueron comunes y rutinarios hasta que un mes mas tarde, en Agosto de ese mismo año, cuando se procedió a abrir la gruesa losa del mausoleo familiar para introducir el cuerpo sin vida de Thomas Chase, observaron estupefactos como los féretros que reposaban en el interior de la bóveda sellada se encontraban cambiados de posición. El ataúd de la señora Thomasina permanecía intacto mientras que los demás féretros permanecían en el lado opuesto de la cripta.¿pero, como habían llegado hasta el otro extremo del panteón estando la entrada sellada? al no haber respuesta convincente a lo ocurrido, culparon a los trabajadores de color del cementerio, a pesar de que negaron vigorosamente estar relacionados en aquella macabra profanación.

Los ataudes volvieron a su lugar correspondiente y la entrada volvió a cerrarse herméticamente con una gran losa de mármol de color azul. La serenidad volvió areinar en la Bahía de Oistin Bay, permaneciendo en silencio lo ocurrido en el panteón de la familia Chase. Pero el 25 de Septiembre de 1816, prácticamente cuatro años después, cuando los restos de Samuel Brewster Ames de once meses fueron conducidos hasta la siniestra cripta de la familia, un nuevo hecho lleno de desconcierto a los habitantes que asistieron al sepelio. Los ataudes estaban en el lado opuesto del panteón. Los trabajadores negros fueron culpados una vez mas, pero en esta ocasión los investigadores que estuvieron realizando pesquisas en el interior del panteón, no apoyaron tales afirmaciones. La teoría la cual se basaron para plantear esta hipótesis fue que, la cripta solo tenia una entrada y la enorme losa que cubría el panteón no mostraba indicios de haber sido manipulada.

Semanas después volvieron a repetirse las mismas circunstancias en la cripta. El féretro de Samuel Brewster, padre del pequeño Samuel, fue traslado al mausoleo de la familia Chase. Los rostros de los asistentes se volvieron pálidos. Otra vez estaban los ataúdes reemplazados de su lugar existente. Esta vez la cripta fue registrada minuciosamente ante la posibilidad de que hubiera entrado agua desde el exterior y mediante este procedimiento los ataúdes revestidos de plomo se deslizaran fácilmente de un extremo hacia otro. Sin embargo, al no hallar rastros de humedad que determinara la hipótesis planteada, el enigma de los féretros fue creciendo con mayor notoriedad en los años siguientes ocupando las portadas de diversos periódicos.
 
El 17 de Julio de 1819, Thomasina Darke, fue sepultada en la cripta. Como era evidente se volvió a repetir la misma escena. Los féretros se habían desplazado a varios metros del lugar que ocupaban anteriormente. Los ataúdes volvieron a ser acomodados en su emplazamiento de antaño.

Lord Combermiere, por aquel entonces gobernador de Barbados, mando que se cubriera el suelo de la cripta con una capa de arena blanca para poder hallar evidencias que determinara el desenlace final al enigma. La losa de mármol que cubría el orificio de la entrada, se sujeto con cemento.

Los habitantes de la Bahía tan solo debían de esperar un nuevo fallecimiento de uno de los componentes de la familia Chase, pero la curiosidad fue uno de los factores por lo que no se decidió esperar otra muerte y el 18 de Abril de 1820 se procedió a examinar el interior de la bóveda clausurada.

El cementerio de Christ Church, estaba repleto de asistentes. Todos querían ser fieles testigos del resultado de las pesquisas efectuadas por el gobernador. La incertidumbre y el asombro pronto reino en el ambiente. La gruesa losa de mármol fue retirada cautelosamente después de haber sido extraído el cemento. Una maldición parecía ceñirse sobre el panteón de la familia Chase.

Los féretros estaban de nuevo cambiados de posición. Al no haber huellas impregnadas en la arena blanca no encontraron evidencias contra ninguna persona que pudiera justificar aquel extraño suceso. Poco después, el gobernador dictamino la transferencia de los féretros a otro cementerio y desde entonces la cripta a permanecido vacía hasta la fecha.